La cara invisible del cansancio al volante: ¿Sabes cuál es el precio del estrés en la seguridad vial?
Hay algo que muchos no ven cuando se cruzan con un camión en la carretera: el peso emocional que lleva quien va al volante. No me refiero solo a toneladas de mercancía, sino a la presión, el estrés y la inseguridad con la que convivimos muchos profesionales del transporte a diario.
La reciente encuesta paneuropea “El peaje invisible: estrés del conductor y seguridad vial”, encargada por Geotab, pone cifras a algo que muchos ya intuíamos. Y como transportista con años de experiencia, puedo decir que esos datos no me sorprenden, pero sí me preocupan. Mucho.
Más accidentes, menos seguridad percibida
El 89% de los conductores profesionales en España cree que la posibilidad de sufrir un accidente ha aumentado en los últimos cinco años. Un 57% dice que el aumento ha sido significativo. Es una cifra que debería hacernos reflexionar: algo estamos haciendo mal en las carreteras y en la gestión del transporte.
Los factores son muchos, pero hay dos que destacan por encima del resto: el uso del móvil al volante (53%) y el exceso de velocidad (45%). Y, sinceramente, si conduces ocho, diez o incluso doce horas al día, sabes que esos dos factores son una combinación explosiva.
Cuando el reloj se convierte en enemigo
Lo más alarmante para mí es que un 40% de los encuestados admite superar los límites de velocidad para poder cumplir con sus horarios. Es decir, el sistema nos obliga a correr. No es una decisión irresponsable por gusto, es una necesidad laboral impuesta por plazos cada vez más ajustados, condiciones de tráfico impredecibles y clientes que no aceptan retrasos.
Estrés al volante: un riesgo ignorado
Casi la mitad (48%) de los conductores afirma que el estrés afecta de forma significativa a su forma de conducir. Y un 86% cree que el estrés incrementa el riesgo de accidente. Aun así, el apoyo por parte de las empresas es mínimo: el 25% de los encuestados no recibe ningún tipo de ayuda relacionada con la salud mental o la gestión del estrés.
Hablo con muchos compañeros de ruta y hay un sentimiento común: hablar de estrés, ansiedad o salud mental aún está mal visto en muchas empresas del sector. Más de la mitad se siente incómoda al pedir ayuda. Esto no solo es preocupante desde un punto de vista humano, sino también desde la seguridad vial. Un conductor estresado es un conductor distraído, impulsivo o agotado.
La paradoja española
Curiosamente, aunque los datos son duros, España no sale tan mal parada en comparación con otros países europeos. Por ejemplo, el porcentaje de conductores que exceden la velocidad por presión laboral es del 64% en Irlanda, 62% en Países Bajos y 59% en Alemania.
Sin embargo, somos líderes en otro aspecto: el 78% de los profesionales españoles señala que el tráfico o las obras dificultan cumplir con su trabajo. Y lo cierto es que cualquiera que haya cruzado Madrid, Barcelona o la AP-7 en horas punta, sabe que eso es una realidad incontestable.
Un sector en fuga
El 47% de los encuestados ha pensado en dejar el trabajo en el último año. Una cifra devastadora en un momento en el que Europa ya tiene más de 200.000 vacantes sin cubrir en el sector. Las previsiones son incluso peores: se estima que esa cifra podría ascender a 745.000 en 2028.
Y aquí viene la pregunta que todos deberíamos hacernos: ¿quién llevará las mercancías si los conductores deciden bajarse del camión? Porque sin nosotros, se para todo.
El cambio empieza desde arriba
Iván Lequerica, vicepresidente de EMEA en Geotab, lo resume bien: "Los conductores se enfrentan a un importante estrés laboral, observan a diario comportamientos peligrosos y a menudo se ven presionados por los horarios, pero muchos no se sienten apoyados". Y tiene razón.
Es hora de que las empresas del sector, grandes y pequeñas, entiendan que apoyar al conductor no es un coste, es una inversión. Programas de salud mental, formación para gestionar el estrés, una comunicación abierta y humana, y por supuesto, mejores condiciones laborales. Eso es lo que necesitamos.
Por un futuro más seguro y humano
Adaptarse a las nuevas tecnologías, como hablábamos en otros artículos del blog, es fundamental. Pero también lo es cuidar al humano que está tras el volante. Podemos tener los mejores GPS, sensores, plataformas de gestión y tacógrafos digitales. Pero si el conductor está agotado, presionado y abandonado emocionalmente, el riesgo seguirá creciendo.
Como siempre digo en Conectados al Transporte, el futuro del sector depende tanto de la innovación como de la humanidad. Necesitamos ambos. Porque no solo transportamos mercancías. Transportamos la vida diaria de millones de personas. Y eso merece respeto, apoyo y soluciones reales.
¿Tú también sientes que el estrés afecta tu conducción? Cuéntamelo en los comentarios. Este blog también está para eso: para escucharnos entre compañeros.
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