Nace la Plataforma de Conductores Asalariados de Mercancías y Viajeros, un punto de encuentro necesario, una herramienta que pretende dar voz a los más de 250.000 conductores asalariados que día tras día recorren las carreteras de nuestro país, muchas veces ignorados, explotados o simplemente silenciados.
Durante décadas hemos sido la columna vertebral del sistema
logístico, del turismo por carretera, de la movilidad y del suministro de
bienes esenciales. Sin embargo, nuestros derechos laborales, sociales y
económicos han sido sistemáticamente ignorados. Y uno de los reclamos más
urgentes, más justos y más inaplazables es la necesidad de una jubilación
anticipada para los conductores profesionales, tanto del transporte de
mercancías como discrecional de viajeros.
¿Por qué es necesario hablar sobre la jubilación anticipada?
Los conductores profesionales no somos trabajadores
“normales”. Porque no desarrollamos nuestra labor entre cuatro paredes, con
aire acondicionado, descansos reglados y jornadas previsibles. Nosotros
trabajamos en la carretera. De día y de noche. Bajo la lluvia, el frío o el sol
abrasador. Sin baños. Sin áreas de descanso dignas. Cargando y descargando como
estibadores sin convenio. Con horarios que rayan lo inhumano, con tiempos de
descanso que muchas veces no son más que una ilusión legal.
Y, sobre todo, con un nivel de riesgo inasumible.
En 2023, los datos oficiales hablaban de 138 conductores
fallecidos. A mí me parecen bastantes más. Pero incluso quedándonos en ese
número, estamos hablando de casi tres muertes a la semana. Y nadie,
absolutamente nadie, parece escandalizarse. Ni patronales, ni administraciones.
Es una cifra que debería estremecer a cualquier sociedad mínimamente empática.
Pero no. Aquí seguimos, como si fuera normal.
Por eso, es justo y necesario que se aplique un sistema de
coeficientes reductores para nuestra jubilación. Como ya existe para mineros,
policías o bomberos. Porque las condiciones extremas de nuestro trabajo, tanto
físicas como psicosociales, lo exigen. Porque no se puede pretender que un
conductor de 65 años siga subiendo y bajando de un camión, cargando palés,
atendiendo pasajeros o conduciendo con plenas facultades tras décadas sin un
descanso real.
Nace una plataforma desde abajo
Esta Plataforma no nace de un despacho. No viene redactada
por una agencia de comunicación ni por un sindicato complaciente. Nace de la
rabia. De la experiencia. De la resistencia. De la necesidad de decir “¡basta!”
tras años de abandono institucional y de manipulación mediática.
Conformada inicialmente por profesionales de toda España
—desde Galicia hasta Andalucía, pasando por Euskadi, Aragón o Cataluña—, la
Plataforma quiere convertirse en el referente real de los conductores
asalariados.
Esta plataforma no representa intereses empresariales. No pide
ayudas para patronales. No busca subvenciones. Busca dignidad.
Jubilación anticipada: cuestión de salud pública y justicia social
Hablar de jubilación anticipada no es un capricho. Es una
cuestión de salud pública. El nivel de estrés, fatiga y deterioro físico que
acumulamos tras años de volante es demoledor. Muchos compañeros desarrollan
enfermedades musculoesqueléticas, cardiovasculares, trastornos del sueño,
ansiedad, depresión, e incluso adicciones. ¿Cómo no va a ser urgente
permitir que, con las cotizaciones adecuadas, podamos retirarnos a los 60 años?
¿De verdad alguien cree que un conductor de 64 años,
con una lumbalgia crónica y apnea del sueño, es seguro al volante de un tráiler
de 40 toneladas o de un autocar con 50 personas a bordo?
Las Mutuas apenas nos revisan. Las empresas nos exprimen. Y
los jueces, cuando llega una reclamación por horas extra o condiciones de
descanso, suelen fallar del lado del patrón. Es una lucha de David contra
Goliat. Pero ahora, al menos, David tiene una protección: la Plataforma.
Basta de cuentos: el relevo generacional no llega porque no hay futuro
Llevamos años escuchando que el problema de la falta de
conductores jóvenes es que no hay aparcamientos o que el permiso de conducir es
caro. No, señores. El problema es que el trabajo de conductor asalariado es
hoy, en muchas zonas, una condena más que una profesión.
Salarios precarios (de media no llegan a 1.600 € brutos
mensuales), jornadas maratonianas, descansos a bordo del vehículo, presión
constante por cumplir horarios imposibles, dietas ridículas y un trato que roza
el desprecio por parte de algunos cargadores, clientes o incluso empresarios.
¿Así quieren que entre sangre nueva al sector?
El colmo: el tráfico de conductores extranjeros
Y si lo anterior no fuera suficiente, ahora se ha abierto la
veda del “mercadeo” de conductores extranjeros. A muchos compañeros de
Latinoamérica o del Este de Europa les ofrecen sueldos de 3.000 euros, sin
contarles que eso es mentira, que el convenio dice otra cosa, que acabarán
debiendo dinero a la empresa por su “formación” y que se verán atrapados en
condiciones de semi-esclavitud.
Eso no es internacionalización. Eso es tráfico laboral. Y
desde la Plataforma quieren denunciarlo.
Diez propuestas y una única dirección
El manifiesto de la Plataforma es claro. Incluye diez ejes
que deben marcar el cambio: salarios dignos, condiciones laborales reales,
formación reglada, inspección efectiva, instalaciones adecuadas, fin de la
contratación opaca en origen… y, por supuesto, jubilación anticipada para todos
los conductores profesionales.
Sabemos que no será fácil. Sabemos que las patronales tienen
poder, que los sindicatos mayoritarios están cómodos en su papel decorativo, y
que muchos medios no nos escucharán. Pero también sabemos que tenemos razón.
No queremos caridad. Queremos justicia
No queremos más campañas vacías. Queremos una mesa de
negociación donde los conductores tengamos voz real.
No queremos más comunicados de prensa de organizaciones
empresariales que lloran por ayudas mientras siguen explotando. Queremos una
legislación que nos proteja y que reconozca lo que somos: trabajadores
esenciales.
El momento es ahora o nunca
La Plataforma de Conductores es nuestra oportunidad. No se
trata de ideologías, ni de banderas, ni de siglas. Se trata de la vida de miles
de personas que dedican su existencia a mover este país. Y lo hacen en
condiciones indignas.
La jubilación anticipada es solo el primer paso. Pero es un
paso crucial.
Buena ruta, compañeros. Y que esta vez, el camino sí nos lleve
al destino que tantos kilómetros y esfuerzo nos está costando recorrer.
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