Europa ha decidido poner su mirada en los jóvenes, abriendo la puerta a que, con 17 años, puedan empezar a formarse y conducir camiones acompañados por adultos experimentados. Esta medida, que aún queda en manos de cada país, ha despertado emociones, debates y muchas preguntas. Pero aquí, entre nosotros, los que sabemos lo que significa la carretera, es momento de reflexionar.
Ser camionero no es solo una profesión; es una forma de vida. Cada uno de nosotros ha sentido ese vértigo y esa emoción del primer viaje, ese momento en que el camión se convierte en tu casa y la carretera en tu amiga.
Imaginar a jóvenes de 17 años dando sus primeros pasos en este mundo no puede dejar indiferente a nadie.
El sector del trasnporte necesita relevo generacional... pero...
Por un lado, esta apertura es un alivio para un sector que necesita relevo generacional. Todos conocemos la escasez de conductores y el esfuerzo titánico que supone mantener el transporte en marcha día y noche. Los jóvenes son la esperanza.
La posibilidad de que ellos empiecen antes, acompañados por nosotros, los veteranos, es una oportunidad para transmitirles algo que ningún manual enseña: el respeto por la carretera, la prudencia en cada maniobra y el orgullo de ser parte de una cadena que mueve al mundo.
Pero también debemos reconocer el otro lado de la moneda. La ONG Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte no ha tardado en alzar la voz: adolescentes al volante de camiones es, según ellos, una idea peligrosa.
No podemos ni debemos ignorar que la madurez, la responsabilidad y el temple no se miden solo por la edad.
Conducir un camión es un reto que exige cabeza fría, previsión y nervios de acero. Hemos visto lo que es enfrentarse a una tormenta, maniobrar en condiciones extremas o tomar decisiones críticas en segundos. Todo eso, solo la experiencia lo enseña.
Por eso, si los países deciden permitir que los jóvenes comiencen con 17 años, el reto será gigantesco. Acompañarles no solo en la técnica, sino en la actitud. Enseñarles que cada kilómetro cuenta, que la carretera no perdona errores y que ser camionero es mucho más que girar un volante. Es tener valores, saber que cargas mucho más que mercancía; cargas responsabilidad, confianza y sueños.
En España los jóvenes de 18 años ya pueden conducir un camión
España ya había dado pasos en este sentido permitiendo obtener el permiso C y C+E desde los 18 años con el CAP en la modalidad ordinaria. Esta reforma europea no nos coge desprevenidos, pero sí nos invita a reflexionar y fortalecer esa cultura de seguridad y respeto que siempre nos ha caracterizado.
La seguridad vial es una responsabilidad de todos, y nosotros, los camioneros, lo sabemos mejor que nadie. Cada vida en la carretera importa.
Sé que hay preocupación. Y es normal. Pero también siento orgullo de pensar que podemos ser los guías de la próxima generación de transportistas. Aquellos que, como nosotros, sabrán lo que es ver amaneceres desde la cabina, cruzar fronteras con la radio de fondo y volver a casa sabiendo que hicieron su parte para que el mundo siga girando.
La nueva directiva es una invitación a abrir puertas, pero también a reforzar la responsabilidad. No se trata solo de ceder el asiento; se trata de formar, de educar y de vigilar. Porque esos jóvenes no solo serán conductores: serán compañeros, hermanos de ruta.
A quienes ya recorremos la carretera: se nos abre un nuevo papel. El de maestros. El de ejemplo. Y a quienes empiezan: bienvenidos. Esta vida es dura, sí. Pero es una vida de orgullo, de historias que contar y de huellas que dejan marca.
Que cada kilómetro recorrido por nuestros jóvenes esté lleno de aprendizaje. Que sus primeros errores sean lecciones y que su entusiasmo nunca se apague. Nosotros estaremos ahí, al lado, en la cabina, mostrándoles que ser camionero no es solo un trabajo: es una pasión.
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